Evaluación integral de la eficiencia económica de la producción de frijol en la provincia Santiago de Cuba

  • Rosa Marina Castellanos Dorado
  • Milagros Morales Pérez Universidad de Oriente
  • Ulises Pacheco Feria Universidad de Oriente

Resumen

La actualización del modelo económico cubano exige la búsqueda urgente de eficiencia económica en la producción de alimentos, para garantizar la seguridad alimentaria de la población y disminuir la dependencia externa, lo que tiene un impacto decisivo en la balanza de comercio del país, en la estabilidad macroeconómica y, consecuentemente, en el desarrollo local al liberar la capacidad importadora para otros empeños que no se pueden asumir internamente. La pertinencia de la disminución de las importaciones, a partir del aumento de la producción nacional y local, ha sido considerada por las autoridades de Gobierno como un objetivo estratégico encaminado a potenciar la generación de ingresos externos y la sustitución de importaciones.

Aunque el tema no ha sido ignorado por los especialistas y es objeto de permanente atención por las autoridades gubernamentales, constituye un problema pendiente de solución en el contexto de la economía cubana actual. Los resultados económicos alcanzados en la primera década del siglo XXI indican que la producción de alimentos no cubre las necesidades sociales básicas y muestra un exiguo dinamismo, que tiende a perpetuar la brecha entre la oferta y la demanda. En este contexto, el país está obligado a elevar la oferta global, erogando cuantiosas sumas de divisas para importar alimentos susceptibles de producirse nacionalmente.

La producción de alimentos está limitada por la obsolescencia tecnológica, la baja productividad del trabajo y la ineficiencia del sector. La consecuencia directa de la grave situación que vive el sector agrícola se puede ilustrar a través de su participación en el Producto Interno Bruto (PIB). Según cifras de la Oficina Nacional de Estadística de la República de Cuba, (2015, p. 144), la agricultura, representa el 3,7% del PIB y ocupa a 898,5 miles de personas, aproximadamente el 18,5% de la población empleada.

Los alimentos, además, según el debate de la Comisión Agroalimentaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Periódico Granma, 6 de Julio 2013:6), constituyen el 60% de las importaciones del país (de este monto total se destina a la importación de granos cerca de un 20%). El empleo de divisas para la compra de alimentos en Cuba ha ido en ascenso. Cuba erogó en 2011 poco más de 1 500 millones de dólares para comprar alimentos; 1 700 millones en 2012; y en el 2013, rebasó los 2 000 millones; en el año 2014 alcanzó los 2 057 millones de dólares y en el 2015 las importaciones de alimentos se situaron sobre los 1 965 millones de dólares, Rodríguez, J. L. (2015: 2). Tal realidad indica que la agricultura tiene el desafío de lograr mayor eficiencia  económica para  ahorrar cerca de 2 000  millones de dólares, de los cuales el 60% se invierte en la compra de alimentos que puede producir el país, como es el caso del frijol, y aliviar las presiones sobre la balanza de pago.

En Cuba, el frijol junto con el arroz y las viandas, constituye un alimento de preferencia en la dieta cotidiana. Por tal motivo, en la Política Agroindustrial vigente en el país adquiere una importancia estratégica de primer orden asegurar el cumplimiento de los programas de producción de frijol. Santiago de Cuba es una de las provincias que requiere una atención integral, sustentada en la aplicación de la ciencia y la tecnología moderna, que permita el avance del PDIG en los polos productivos de Contramaestre y La Maya, en correspondencia con las características del territorio. La situación de la producción de frijol en la provincia puede clasificarse como compleja, ya que es la segunda región más densamente poblada del país y muestra uno de los volúmenes más bajos de producción y rendimientos del cultivo de esta leguminosa. La producción de frijol junto al maíz, constituyen los objetivos más importantes del PDIG de la provincia hasta el 2030. El PDIG, en los polos productivos mencionados, tiene como objetivo incrementar los rendimientos y la producción de granos con el mínimo de costos, lo que implica elevar la eficiencia económica. Sin embargo, la eficiencia económica no se evalúa con un enfoque integral, es decir considerando las tipologías esenciales de la eficiencia económica (eficiencia productiva, la eficiencia asignativa y la eficiencia distributiva), lo que ha limitado un análisis riguroso. La evaluación de la eficiencia económica de la producción de frijol en la Empresa Agroindustrial de Granos de la provincia se realiza a partir del rendimiento, el costo y la productividad lo que demuestra que el proceso ha estado relacionado con factores de la eficiencia productiva. Significa que no se ha evaluado la eficiencia económica a partir del comportamiento de todos los factores que determinan cada tipología. Esta limitación no es exclusiva de esta empresa, ni de la provincia.

Relacionado con la evaluación de la eficiencia, se consultaron un total de 16 casos de estudios que evaluaron la eficiencia económica. La revisión realizada demostró el enfoque parcial de la evaluación de la eficiencia económica, pues si bien todas evalúan la eficiencia productiva, solo tres estudios (18,75%), analizan dos tipos de eficiencia (productiva y asignativa), y ninguno evalúa la eficiencia distributiva. Estudiar la eficiencia productiva sin considerar el resto de las tipologías limita el análisis a una de las fases de la reproducción social, la producción, ignorando el resto (distribución, cambio y consumo) y sus efectos sobre los sujetos que intervienen en la generación de la riqueza material. La investigación científica ganaría en consistencia si se tienen en cuenta las tres tipologías de eficiencia. De hecho, en los casos en que la evaluación ha tenido un enfoque más integral, se ha revelado el efecto de una tipología sobre otra.

A partir de estas limitaciones el artículo tiene como objetivo evaluar, con un enfoque integral, la eficiencia económica de la producción de frijol en los marcos del Programa de Desarrollo Integral de Granos (PDIG) de la provincia Santiago de Cuba, que permita identificar los problemas que la limitan.

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Resumen

La actualización del modelo económico cubano exige la búsqueda urgente de eficiencia económica en la producción de alimentos, para garantizar la seguridad alimentaria de la población y disminuir la dependencia externa, lo que tiene un impacto decisivo en la balanza de comercio del país, en la estabilidad macroeconómica y, consecuentemente, en el desarrollo local al liberar la capacidad importadora para otros empeños que no se pueden asumir internamente. La pertinencia de la disminución de las importaciones, a partir del aumento de la producción nacional y local, ha sido considerada por las autoridades de Gobierno como un objetivo estratégico encaminado a potenciar la generación de ingresos externos y la sustitución de importaciones.

Aunque el tema no ha sido ignorado por los especialistas y es objeto de permanente atención por las autoridades gubernamentales, constituye un problema pendiente de solución en el contexto de la economía cubana actual. Los resultados económicos alcanzados en la primera década del siglo XXI indican que la producción de alimentos no cubre las necesidades sociales básicas y muestra un exiguo dinamismo, que tiende a perpetuar la brecha entre la oferta y la demanda. En este contexto, el país está obligado a elevar la oferta global, erogando cuantiosas sumas de divisas para importar alimentos susceptibles de producirse nacionalmente.

La producción de alimentos está limitada por la obsolescencia tecnológica, la baja productividad del trabajo y la ineficiencia del sector. La consecuencia directa de la grave situación que vive el sector agrícola se puede ilustrar a través de su participación en el Producto Interno Bruto (PIB). Según cifras de la Oficina Nacional de Estadística de la República de Cuba, (2015, p. 144), la agricultura, representa el 3,7% del PIB y ocupa a 898,5 miles de personas, aproximadamente el 18,5% de la población empleada.

Los alimentos, además, según el debate de la Comisión Agroalimentaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Periódico Granma, 6 de Julio 2013:6), constituyen el 60% de las importaciones del país (de este monto total se destina a la importación de granos cerca de un 20%). El empleo de divisas para la compra de alimentos en Cuba ha ido en ascenso. Cuba erogó en 2011 poco más de 1 500 millones de dólares para comprar alimentos; 1 700 millones en 2012; y en el 2013, rebasó los 2 000 millones; en el año 2014 alcanzó los 2 057 millones de dólares y en el 2015 las importaciones de alimentos se situaron sobre los 1 965 millones de dólares, Rodríguez, J. L. (2015: 2). Tal realidad indica que la agricultura tiene el desafío de lograr mayor eficiencia  económica para  ahorrar cerca de 2 000  millones de dólares, de los cuales el 60% se invierte en la compra de alimentos que puede producir el país, como es el caso del frijol, y aliviar las presiones sobre la balanza de pago.

En Cuba, el frijol junto con el arroz y las viandas, constituye un alimento de preferencia en la dieta cotidiana. Por tal motivo, en la Política Agroindustrial vigente en el país adquiere una importancia estratégica de primer orden asegurar el cumplimiento de los programas de producción de frijol. Santiago de Cuba es una de las provincias que requiere una atención integral, sustentada en la aplicación de la ciencia y la tecnología moderna, que permita el avance del PDIG en los polos productivos de Contramaestre y La Maya, en correspondencia con las características del territorio. La situación de la producción de frijol en la provincia puede clasificarse como compleja, ya que es la segunda región más densamente poblada del país y muestra uno de los volúmenes más bajos de producción y rendimientos del cultivo de esta leguminosa. La producción de frijol junto al maíz, constituyen los objetivos más importantes del PDIG de la provincia hasta el 2030. El PDIG, en los polos productivos mencionados, tiene como objetivo incrementar los rendimientos y la producción de granos con el mínimo de costos, lo que implica elevar la eficiencia económica. Sin embargo, la eficiencia económica no se evalúa con un enfoque integral, es decir considerando las tipologías esenciales de la eficiencia económica (eficiencia productiva, la eficiencia asignativa y la eficiencia distributiva), lo que ha limitado un análisis riguroso. La evaluación de la eficiencia económica de la producción de frijol en la Empresa Agroindustrial de Granos de la provincia se realiza a partir del rendimiento, el costo y la productividad lo que demuestra que el proceso ha estado relacionado con factores de la eficiencia productiva. Significa que no se ha evaluado la eficiencia económica a partir del comportamiento de todos los factores que determinan cada tipología. Esta limitación no es exclusiva de esta empresa, ni de la provincia.

Relacionado con la evaluación de la eficiencia, se consultaron un total de 16 casos de estudios que evaluaron la eficiencia económica. La revisión realizada demostró el enfoque parcial de la evaluación de la eficiencia económica, pues si bien todas evalúan la eficiencia productiva, solo tres estudios (18,75%), analizan dos tipos de eficiencia (productiva y asignativa), y ninguno evalúa la eficiencia distributiva. Estudiar la eficiencia productiva sin considerar el resto de las tipologías limita el análisis a una de las fases de la reproducción social, la producción, ignorando el resto (distribución, cambio y consumo) y sus efectos sobre los sujetos que intervienen en la generación de la riqueza material. La investigación científica ganaría en consistencia si se tienen en cuenta las tres tipologías de eficiencia. De hecho, en los casos en que la evaluación ha tenido un enfoque más integral, se ha revelado el efecto de una tipología sobre otra.

A partir de estas limitaciones el artículo tiene como objetivo evaluar, con un enfoque integral, la eficiencia económica de la producción de frijol en los marcos del Programa de Desarrollo Integral de Granos (PDIG) de la provincia Santiago de Cuba, que permita identificar los problemas que la limitan.

Biografía del autor/a

Rosa Marina Castellanos Dorado
Universidad de Valencia, España
Publicado
2019-10-29
Cómo citar
Castellanos Dorado, R., Morales Pérez, M., & Pacheco Feria, U. (2019). Evaluación integral de la eficiencia económica de la producción de frijol en la provincia Santiago de Cuba. Retos De La Dirección, 12(2), 203-218. Recuperado a partir de https://revistas.reduc.edu.cu, revistas.reduc.edu.cu/index.php/retos/article/view/1954